Parece ser que Rise Against, tiene una frase adecuada para cada etapa de mi vida. Por eso es uno de mis grupos favoritos. Dice la cuarta pieza del Revolutions per Minute: “When enough is enough, that´s when you know you´re half way there”.
A mami la operaron el viernes antepasado. Una cirugía de casi 4 horas; al parecer fue el evento del día. Existosa entre lo que se puede decir. No del todo. Al día siguiente, fui a ver al Dr para que me dijera cómo había salido todo. Por dicha no lo encontré y la respuesta fue telefónica, porque probablemente hubiera colapsado en el piso o chocado de vuelta a casa. “A su mamá debieron hacerle esa gastro unos dos o tres años atrás”. Remoción del 90% del estómago, pero no de todos los ganglios infectados. Algunos estaban adheridos al páncreas y a la aorta, lo que implica la imposibilidad de removerlos porque el paciente podría morir en el quirófano. La enfermedad sigue ahí. Pienso que es como cuando una fruta se está pudriendo, que uno le saca el pedazo, pero quedan esporas por ahí. Uno puede atrasar el proceso, pero tarde o temprano, se volverá a podrir.
El diagnóstico tampoco fue muy alentador. La cirugía es “la que cura”, otros tratamientos , atrasan, o alivian. Nada más. A mi como que no me entró de un solo en la jupa. Creo que todavía no me ha caído del todo.
Mami y yo hicimos un pacto de decirnos la verdad siempre, no ocultar nada de lo que sucediera. Así que debí decirle el diagnóstico. Ya sabía algo sobre los ganglios, pero no el tiempo de vida que le daba el Dr. Debe ser una de las cosas más difíciles que he hecho. O tal vez de las que más fuerza producen, porque a partir de ese momento, la vida se convierte en una lucha por probar que el médico está equivocado, y que hay fuerzas más grandes que un ser humano que deciden a fin de cuentas el destino de las cosas.
El jueves pasado le dieron la salida. Ya me la devolvieron. El paso uno de esta nueva etapa es la recuperación de la cirugía. Es una cicatriz bastante grande, y el proceso de mejoría incluye caminatas, dietas y horarios de comida estrictas. Siento que es una bendición que yo no esté trabajando. Hay tanto que hacer en la casa y por ella. Digamos que es la primera vez que soy “en serio” una ama de casa y velar por otros. Y ya entiendo por qué deberían darles un salario.
He aprendido a ser fuerte frente a ella. Sólo hoy que me vio las flores de cerezo (que le había estado escondiendo) y que me dijo “ooootroooo?? Cuándo se lo hizo? Ahora que estaba internada?” y me eché a llorar. Ella no dijo nada, ni yo tampoco. No fue necesario. La conversación siguió por otro lado, hablando de Medford y Kenton.
Sin embargo, no puedo ocultar una que otra lagrimilla cuando estoy sola. Es duro. Pero yo debo ser más fuerte. Porque ella ha decido tomar una actitud desafiante ante la enfermedad, y la he escuchado decirle a la gente, que su actitud positiva es gracias a la actitud y determinación que yo he mostrado. Así que aquí vamos.
He aprendido tanto en este tiempo, y he aprendido tanto de la gente. Incluso aquel que me hirió con o sin intención, no es tan malo al final, y me ha ofrecido su apoyo. He aprendido que las buenas vibras vienen tanto de conocidos como de completos extraños y si hacen la diferencia. He aprendido a no odiar. Incluso cuando ando manejando, voy mentando madres como por costumbre, porque la verdad, como que ya ni chicha me da cuando alguien hace una caballada. Y por más cliché, he aprendido a vivir el momento.
Tampoco es como que siempre planée mi vida con anticipación. Es mentira, porque nunca me vi realmente ni a corto ni a mediano ni a largo plazo con una vida hecha. Y aún no lo hago. Claro que tengo mis “sueños”, pero nada es claro. Y ahora menos. Aprendí, como decía Azul Violeta, que mañana es una incógnita.
Ayer le quitaron los puntos, pero hay una infección. Me despertaron los llamados de mi madre a las 7 de la mañana, cuando en el baño, comenzaron a salirle “cataratas” de infección por el drenaje, y más tarde, en la noche, por las heridas regulares. Nuestro paseo de domingo fue a la clínica. La infección debe mejorar con los antibióticos o va de nuevo al hospital. Sería una lástima, porque realmente su recuperación ha sido maravillosa. Hasta los Drs, estaban contentos.
En fin, que seguimos echando pa´ lante. Esto es cansado, es desgastante, y me gustaría no tener que afrontarlo sólo ella y yo, pero no me quejo. Lo veo como una prueba gigante, y la estamos afrontando. Yo que hablo tanto del karma, espero que esto no sea la factura de algo pasado (no recuerdo haber sido taaaan mala, al menos no en esta vida), y si lo fuera, hubiera preferido que me dejaran pagarla en cómodas cuotas trimestrales o semestrales!!
5 comentarios:
Rose,
Puta, que el ver lo impresionante que sos y como manejas todo esto me hace sentir dos cosas:
1. Que te quiero mas de lo que pensaba y
2. Que necesito entrenamiento para no dejar nada nunca para despues.
No das clases?
Es muy duro lo que contás. Como que pone un montón de cosas en perspectiva, ¿no?
Mis mejores deseos para vos y para tu mamá. Nada es imposible. No hay que renunciar. ¡Fuerza!
Little Rose!
La fuerza que tenemos todos emana cuando uno la ocupa y desde lugares q ni siquiera se era consciente.
Hay historias de historias (las he visto y escuchado) y la actitud de quien pasa por una situación de ese tipo, así como de su ambiente son clave para echar por tierra los pronósticos de sobrevida q da la medicina.
Este tipo de situaciones son las que te jalan de la nubecita del pasado y, sobretodo, futuro, y te tiran al presente.. Te toca vivir este momento, con ella, con la situación, pero con toda la fortaleza que vas desarrollando y la que te podemos prestar quienes nos interesa esto.
Un abrazo muy fuerte para vos, para tu mamá, una sonrisa en la cara (porque tiene un efecto impresionantemente reponedor y amistoso) y una llamadita en las próximas horas.
:)
Hola Ro
Paso por acá a dejar el saludo.
¿Cómo estás? ¿Cómo sigue tu mamá?
PUKKA!
Una excelente PLANTILLA BLOGGER PARA VOS
Se vería chuzo!
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