Parece ser que Rise Against, tiene una frase adecuada para cada etapa de mi vida. Por eso es uno de mis grupos favoritos. Dice la cuarta pieza del Revolutions per Minute: “When enough is enough, that´s when you know you´re half way there”.
A mami la operaron el viernes antepasado. Una cirugía de casi 4 horas; al parecer fue el evento del día. Existosa entre lo que se puede decir. No del todo. Al día siguiente, fui a ver al Dr para que me dijera cómo había salido todo. Por dicha no lo encontré y la respuesta fue telefónica, porque probablemente hubiera colapsado en el piso o chocado de vuelta a casa. “A su mamá debieron hacerle esa gastro unos dos o tres años atrás”. Remoción del 90% del estómago, pero no de todos los ganglios infectados. Algunos estaban adheridos al páncreas y a la aorta, lo que implica la imposibilidad de removerlos porque el paciente podría morir en el quirófano. La enfermedad sigue ahí. Pienso que es como cuando una fruta se está pudriendo, que uno le saca el pedazo, pero quedan esporas por ahí. Uno puede atrasar el proceso, pero tarde o temprano, se volverá a podrir.
El diagnóstico tampoco fue muy alentador. La cirugía es “la que cura”, otros tratamientos , atrasan, o alivian. Nada más. A mi como que no me entró de un solo en la jupa. Creo que todavía no me ha caído del todo.
Mami y yo hicimos un pacto de decirnos la verdad siempre, no ocultar nada de lo que sucediera. Así que debí decirle el diagnóstico. Ya sabía algo sobre los ganglios, pero no el tiempo de vida que le daba el Dr. Debe ser una de las cosas más difíciles que he hecho. O tal vez de las que más fuerza producen, porque a partir de ese momento, la vida se convierte en una lucha por probar que el médico está equivocado, y que hay fuerzas más grandes que un ser humano que deciden a fin de cuentas el destino de las cosas.
El jueves pasado le dieron la salida. Ya me la devolvieron. El paso uno de esta nueva etapa es la recuperación de la cirugía. Es una cicatriz bastante grande, y el proceso de mejoría incluye caminatas, dietas y horarios de comida estrictas. Siento que es una bendición que yo no esté trabajando. Hay tanto que hacer en la casa y por ella. Digamos que es la primera vez que soy “en serio” una ama de casa y velar por otros. Y ya entiendo por qué deberían darles un salario.
He aprendido a ser fuerte frente a ella. Sólo hoy que me vio las flores de cerezo (que le había estado escondiendo) y que me dijo “ooootroooo?? Cuándo se lo hizo? Ahora que estaba internada?” y me eché a llorar. Ella no dijo nada, ni yo tampoco. No fue necesario. La conversación siguió por otro lado, hablando de Medford y Kenton.
Sin embargo, no puedo ocultar una que otra lagrimilla cuando estoy sola. Es duro. Pero yo debo ser más fuerte. Porque ella ha decido tomar una actitud desafiante ante la enfermedad, y la he escuchado decirle a la gente, que su actitud positiva es gracias a la actitud y determinación que yo he mostrado. Así que aquí vamos.
He aprendido tanto en este tiempo, y he aprendido tanto de la gente. Incluso aquel que me hirió con o sin intención, no es tan malo al final, y me ha ofrecido su apoyo. He aprendido que las buenas vibras vienen tanto de conocidos como de completos extraños y si hacen la diferencia. He aprendido a no odiar. Incluso cuando ando manejando, voy mentando madres como por costumbre, porque la verdad, como que ya ni chicha me da cuando alguien hace una caballada. Y por más cliché, he aprendido a vivir el momento.
Tampoco es como que siempre planée mi vida con anticipación. Es mentira, porque nunca me vi realmente ni a corto ni a mediano ni a largo plazo con una vida hecha. Y aún no lo hago. Claro que tengo mis “sueños”, pero nada es claro. Y ahora menos. Aprendí, como decía Azul Violeta, que mañana es una incógnita.
Ayer le quitaron los puntos, pero hay una infección. Me despertaron los llamados de mi madre a las 7 de la mañana, cuando en el baño, comenzaron a salirle “cataratas” de infección por el drenaje, y más tarde, en la noche, por las heridas regulares. Nuestro paseo de domingo fue a la clínica. La infección debe mejorar con los antibióticos o va de nuevo al hospital. Sería una lástima, porque realmente su recuperación ha sido maravillosa. Hasta los Drs, estaban contentos.
En fin, que seguimos echando pa´ lante. Esto es cansado, es desgastante, y me gustaría no tener que afrontarlo sólo ella y yo, pero no me quejo. Lo veo como una prueba gigante, y la estamos afrontando. Yo que hablo tanto del karma, espero que esto no sea la factura de algo pasado (no recuerdo haber sido taaaan mala, al menos no en esta vida), y si lo fuera, hubiera preferido que me dejaran pagarla en cómodas cuotas trimestrales o semestrales!!
Digamos lo que sentimos...aunque no a todos les guste cómo suenan las cosas...
lunes, junio 30, 2008
jueves, junio 19, 2008
Cherry Blossom
Anoche soñé con un árbol. Se llamaba Ana. Ana creció y creció tanto que ya un día nadie podía hacer nada por él (ella).No debieron dejar que creciera tanto, pero nadie hizo nada al respecto para frenar su crecimiento a tiempo. Entonces Ana estaba bien pero no podía moverse de donde estaba, y sólo podía recibir visitas ahí (no me pregunten detalles, porque estoy tratando de recordar más o menos todo el sueño con fidelidad). Y entonces no siempre se podía ir a ver a Ana porque estaba ahí lejos. Entonces sus seres queridos podían visitarla sólo a ratitos. Al parecer, yo era una, y fui a verla. Y abracé su tronco, frondoso, hermoso, y me eché a llorar. Y lloré con tanta fuerza que me despertaron mis propias lágrimas.
Y me sentí aliviada, porque desde hace muchos días no puedo llorar. He sentido las ganas pero no me salen las lágrimas. Todo estaba demasiado calmo en mi organismo como para que fuera normal.
Luego no podía dormirme porque hacía frío, y pensaba en mi mamá. Tan friolenta que es y sin cobijas grandes. Porque como están haciendo arreglos en el piso de cirugía, la pasaron de su hotelito 3 estrellas a un cuarto corriente. La vista es mejor, y la compañía no está mal, pero el salón es tan grande, que se siente el frío, y lo único que tiene son dos sábanas, las medias y un sweater.
Pensé en ir a dejarle una cobija, pero eran las dos de la mañana, y la única forma de entrar al hospital a esa hora era probablemente con un cuchillo en la espalda.
Por dicha en la mañana hablé con ella y le habían dado una sábana extra.
A fin de cuentas, esta semana ha sido provechosa. desde el lunes en la noche le comenzaron a hacer todos los exámenes preoperatorios, ayer me tocó acompañarla a hacerse el TAC. Sólo falta la visita al neumólogo. Todo está preparado, la cirugía se programó para mañana viernes.
Y estoy tranquila, la verdad. Estoy contenta. Creo que tengo más incertidumbre del proceso después de la operación, porque sé que no será fácil; y no quiero dejarla en ningún momento sola, pero también sé que tengo que encontrar un trabajo que me de esa libertad. Qué difícil, porque como muchos sabrán, yo defiendo la idea de por qué putas tengo que pasar metida en una oficina todo el tiempo para hacer plata, mientras me pierdo la oportunidad de disfrutar esas horas, días, meses y años con mis seres queridos. Y son pocos los patronos que piensan así. O inexistentes del todo. Son utópicos.
Me preparo para ir a verla. Hoy tengo que traerme cualquier objeto de valor porque en el hospi no se hacen responsables de lo que se pierda durante la operación.
También tengo que llevar a Lurky al Veterinario para chequeo y seguir con la pseudo vida de mujer responsable ama de casa. Tal vez no lloro porque soy más fuerte de lo que pensaba, porque canalizo lo que siento manteniéndome ocupada, o sucumbiendo a las tentaciones, como los tattoos. Ayer me hice otro. Uno pequeñito. Claro que no se lo he enseñado a mami. Le había "prometido" que la guaria era el último (por algún tiempo). Pero cómo resistirme a las flores de cerezo?
En Japón, las flores de cerezo, o sakura, representan la analogía de la vida, porque son hermosas cuando florecen, pero se marchitan en muy corto tiempo. Y eso, entre otras cosas, es lo que he aprendido durante este tiempo. Nada se puede dar por sentado, porque mañana no se sabe si estaremos en las mismas condiciones en que estamos hoy.
Por ahora, mi misión es que mi mami vuelva a ser lo que era antes, y por eso tengo que ser fuerte. Tal vez por eso es que no me salen las lágrimas. Hasta hoy.
Y me sentí aliviada, porque desde hace muchos días no puedo llorar. He sentido las ganas pero no me salen las lágrimas. Todo estaba demasiado calmo en mi organismo como para que fuera normal.
Luego no podía dormirme porque hacía frío, y pensaba en mi mamá. Tan friolenta que es y sin cobijas grandes. Porque como están haciendo arreglos en el piso de cirugía, la pasaron de su hotelito 3 estrellas a un cuarto corriente. La vista es mejor, y la compañía no está mal, pero el salón es tan grande, que se siente el frío, y lo único que tiene son dos sábanas, las medias y un sweater.
Pensé en ir a dejarle una cobija, pero eran las dos de la mañana, y la única forma de entrar al hospital a esa hora era probablemente con un cuchillo en la espalda.
Por dicha en la mañana hablé con ella y le habían dado una sábana extra.
A fin de cuentas, esta semana ha sido provechosa. desde el lunes en la noche le comenzaron a hacer todos los exámenes preoperatorios, ayer me tocó acompañarla a hacerse el TAC. Sólo falta la visita al neumólogo. Todo está preparado, la cirugía se programó para mañana viernes.
Y estoy tranquila, la verdad. Estoy contenta. Creo que tengo más incertidumbre del proceso después de la operación, porque sé que no será fácil; y no quiero dejarla en ningún momento sola, pero también sé que tengo que encontrar un trabajo que me de esa libertad. Qué difícil, porque como muchos sabrán, yo defiendo la idea de por qué putas tengo que pasar metida en una oficina todo el tiempo para hacer plata, mientras me pierdo la oportunidad de disfrutar esas horas, días, meses y años con mis seres queridos. Y son pocos los patronos que piensan así. O inexistentes del todo. Son utópicos.
Me preparo para ir a verla. Hoy tengo que traerme cualquier objeto de valor porque en el hospi no se hacen responsables de lo que se pierda durante la operación.
También tengo que llevar a Lurky al Veterinario para chequeo y seguir con la pseudo vida de mujer responsable ama de casa. Tal vez no lloro porque soy más fuerte de lo que pensaba, porque canalizo lo que siento manteniéndome ocupada, o sucumbiendo a las tentaciones, como los tattoos. Ayer me hice otro. Uno pequeñito. Claro que no se lo he enseñado a mami. Le había "prometido" que la guaria era el último (por algún tiempo). Pero cómo resistirme a las flores de cerezo?
En Japón, las flores de cerezo, o sakura, representan la analogía de la vida, porque son hermosas cuando florecen, pero se marchitan en muy corto tiempo. Y eso, entre otras cosas, es lo que he aprendido durante este tiempo. Nada se puede dar por sentado, porque mañana no se sabe si estaremos en las mismas condiciones en que estamos hoy.
Por ahora, mi misión es que mi mami vuelva a ser lo que era antes, y por eso tengo que ser fuerte. Tal vez por eso es que no me salen las lágrimas. Hasta hoy.
martes, junio 17, 2008
Cama 272
Cama 272. Área de cirugía general. Debo admitir que parece un hotelillo de 3 estrellas. En peores lugares me he quedado cuando he ido a la playa.
El cuarto tiene sólo dos camas, una desocupada, por ahora. Baño propio y una bonita vista panorámica que incluye las montañas heredianas, la carretera y los techos del México.
Ayer fue un día ajetreado. La colonoscopia a las 6, que al parecer salió bien, y luego irse al Hospi a esperar la referencia médica para poder internar a mami.
Odio los Hospitales. Bueno, me deprimen algo. Andar por los pasillos viendo gente enferma, decaída, ancianos en sus últimas (y no tan ancianos), empleados de mal humor (aunque muchos otros también mantienen el carisma).. y esas instalaciones de pecera setentera.
El calvario para admisión tampoco es divertido. Después de la referencia, ir a un salón de espera en algún lugar que es como el sótano de una parte del edificio, pero el primer piso de otra parte.
Un sólo abanico nos sopla. Tanto a los que van de entrada como a los que esperan salida. En el pasillo se aglomeran camillas, sillas ortopédicas, mientras sólo dos funcionarios atienden. Yo observo el cielorraso: debe haber visto miles de historias, igual que los azulejos de las paredes, que deben ser, junto con las sillas de bola plásticas de colores estrepitosos, vestigio de la época disco.
Todo es tan retro: si hay unas cuantas computadoras, pero las máquinas de escribir Olimpia, ganan en número. Van bien con la pila de archivos y los muebles de esa madera con formica (o lo que sea) "estilo pupitre", esa que iba despegándose y uno ayudaba a arrancar a pedacitos.
El papel dice: "cama 272", pero nos dicen que tenemos que esperar la salida de quien la ocupa. Hay que volver a las 3 de la tarde.
Al menos mami pudo estar un rato más en la casa.
Las estúpidas presas inexplicables nos hacen llegar a las 4 de la tarde. La cama entonces ya estaba lista y la burocracia no fue tanta. El maletín no pasa. Todo va para arriba en unas bonitas bolsas negras con logo de la Caja. Ella sube con la enfermera, yo debo dar la vuelta y entrar como el resto de cristianos: mi cédula a cambio de un gafete de visita. La estadía es de 3 a 8.
El cuarto, es "bonito", como ya dije. Al menos mejor que estar con otros pacientes. No por lo antisocial, sino por los dramas que se viven en otros cuartos y que vimos de reojo mientras llegábamos a nuestro destino. Eso no es alentador para nadie.
Le toman la presión y la temperatura. Recién acomodada, llegó la comida. No estaba tan malo el chop suey, aunque al parecer la sopa no sabía a nada.
Son las 7 y me regreso a casa. Me despido de ella aunque no quiero dejarla. Bajo, entrego mi gafete y salgo del Hospital. Mami se asoma por la ventana con vista panorámica de su cuarto. Nos decimos adiós. De largo no se da cuenta que me estoy cayendo en pedazos. Cuando hablamos más tarde por celular, me cuenta que ya la llevaron a hacerse los primeros exámenes preoperatorios. Eso es un avance.
Me acuesto con Lurky y mi compu. Son quienes me dan compañía en este momento. Sé que hay cientos de personas que en este momento están pendientes de nosotras. Esas también nos dan la fuerza necesaria para continuar mañana.
El cuarto tiene sólo dos camas, una desocupada, por ahora. Baño propio y una bonita vista panorámica que incluye las montañas heredianas, la carretera y los techos del México.
Ayer fue un día ajetreado. La colonoscopia a las 6, que al parecer salió bien, y luego irse al Hospi a esperar la referencia médica para poder internar a mami.
Odio los Hospitales. Bueno, me deprimen algo. Andar por los pasillos viendo gente enferma, decaída, ancianos en sus últimas (y no tan ancianos), empleados de mal humor (aunque muchos otros también mantienen el carisma).. y esas instalaciones de pecera setentera.
El calvario para admisión tampoco es divertido. Después de la referencia, ir a un salón de espera en algún lugar que es como el sótano de una parte del edificio, pero el primer piso de otra parte.
Un sólo abanico nos sopla. Tanto a los que van de entrada como a los que esperan salida. En el pasillo se aglomeran camillas, sillas ortopédicas, mientras sólo dos funcionarios atienden. Yo observo el cielorraso: debe haber visto miles de historias, igual que los azulejos de las paredes, que deben ser, junto con las sillas de bola plásticas de colores estrepitosos, vestigio de la época disco.
Todo es tan retro: si hay unas cuantas computadoras, pero las máquinas de escribir Olimpia, ganan en número. Van bien con la pila de archivos y los muebles de esa madera con formica (o lo que sea) "estilo pupitre", esa que iba despegándose y uno ayudaba a arrancar a pedacitos.
El papel dice: "cama 272", pero nos dicen que tenemos que esperar la salida de quien la ocupa. Hay que volver a las 3 de la tarde.
Al menos mami pudo estar un rato más en la casa.
Las estúpidas presas inexplicables nos hacen llegar a las 4 de la tarde. La cama entonces ya estaba lista y la burocracia no fue tanta. El maletín no pasa. Todo va para arriba en unas bonitas bolsas negras con logo de la Caja. Ella sube con la enfermera, yo debo dar la vuelta y entrar como el resto de cristianos: mi cédula a cambio de un gafete de visita. La estadía es de 3 a 8.
El cuarto, es "bonito", como ya dije. Al menos mejor que estar con otros pacientes. No por lo antisocial, sino por los dramas que se viven en otros cuartos y que vimos de reojo mientras llegábamos a nuestro destino. Eso no es alentador para nadie.
Le toman la presión y la temperatura. Recién acomodada, llegó la comida. No estaba tan malo el chop suey, aunque al parecer la sopa no sabía a nada.
Son las 7 y me regreso a casa. Me despido de ella aunque no quiero dejarla. Bajo, entrego mi gafete y salgo del Hospital. Mami se asoma por la ventana con vista panorámica de su cuarto. Nos decimos adiós. De largo no se da cuenta que me estoy cayendo en pedazos. Cuando hablamos más tarde por celular, me cuenta que ya la llevaron a hacerse los primeros exámenes preoperatorios. Eso es un avance.
Me acuesto con Lurky y mi compu. Son quienes me dan compañía en este momento. Sé que hay cientos de personas que en este momento están pendientes de nosotras. Esas también nos dan la fuerza necesaria para continuar mañana.
domingo, junio 08, 2008
Despotrique de rabieta y frustración contra todo lo que se mueve. Version 817
How we survuve is what makes us who we are, dice una canción de Rise Against.
Supongo que este año en particular ha de quedar como "El año de mi sobrevivencia".
Ya cuando una piensa que ha recibido todas las pruebas que puede aguantar (o al menos que desearía soportar), desde arriba te mandan más. Y no lo digo en son de que piensen que soy de las comparto ese pensamiento de que Dios es un dios medio malevolón, que maanda y manda cosas a ver hasta dónde aguanta uno, sólo por puritica diversión.
No. Yo soy de las que piensa que todo pasa por una razón, un motivo que a veces nos cuesta ver hasta mucho después, ya cuando se han derramado muchas lágrimas o nos hemos preguntado "por qué?" muchas veces. Y si, me he preguntado por qué muchas veces, y la única respuesta hasta el momento, ha sido "para crecer, para madurar. Para poder afrontar el resto de mi vida de otra manera. Para que aprenda a apreciar lo que tengo y a quienes tengo conmigo". Y no creo que no lo haga ya, pero tal vez aveces los seres humanos somos tan complicados y no vemos la belleza en la simplicidad.
No. No me estoy volviendo pandereta. Ni voy a empezar a ir a Misa de nuevo. Creo que la fe se vive de otras formas, y rezar un rosario todos los días, no implica que uno esté llevando una buena vida. Yo esoty segura de mi fé y de cómo la vivo, aunque eso no implica que a veces no me pregunte por qué a mi y a mis seres queridos.
Yo que hablo tanto del karma, espero que esto me de puntos en el futuro, jijiji.. porque qué feo pensar que esto es el karma de cosas que hicimos en el pasado. No recuerdo haberme portado tan mal. Al menos en esta vida.
Tengo tanto en la cabeza, y aveces no sé cómo afrontarlo. Ya perdí a quien pensé iba a acompañarme el resto de mi vida, y ahora me enfrento a la posibilidad de perder a la única persona que me queda, y que no estoy preparada para separarme de ella. Mi mami.
Nunca pensé tener que pasar por esto. Claro que viví otras enfermedades de personas cercanas, incluso las vi morir; pero nunca pensé tener que vivirlo nuevamente, tan cerca, tan devastante. Aún no es definitivo, pero es muy probable. Hay que esperar resultados. Pero al parecer si, hay un tumor muy grande en el estómago.
Me dan ganas de buscar culpables. Me siento impotente. Por qué no actuamos antes? Por qué el Seguro Social de mi país es incapaz de hacer medicina preventiva (y ahorrarse millones), sabiendo los antecedentes de mi mamá? Por qué es más fácil enviar pastillas (que a veces hasta agotadas están) que mandar exámenes profundos?
Claro, ya me acordé. Los exámenes profundos se los enviaron, pero los suspendieron porque la veintiúnica persona que los hace se enfermó, y no se lo han reprogramado. O como el examen que tiene para octubre del 2009, que probablemente igual, no se hubiera podido hacer, porque tal vez nos hubiéramos dado cuenta tarde de lo que pasaba. La gastroscopía que le envió la CCSS, está programada para fin de mes, aún cuando sus síntomas vienen desde hace tiempo atrás. Y si no hubiera sido porque la obligué a ir a una clínica privada ayer para que se la hiciera, esos días de espera podrían haber sido más devastadores.
Ahora es sólo esperar. Trato siempre de esperar lo peor, porque así no me hago ilusiones, pero si las cosas salen bien, realmente las disfruto más. Sin embargo, lo irónico es que no dejo de tener fé.
Las cosas pasan por una razón. Renuncié a mi trabajo porque ya no tenía vida, y coincide justo con el momento donde más debo estar presente en mi casa y ser fuerte. Mañana tengo que ir a dejar la biopsia para análisis. Y esperar.. una larga espera de una semana. La cabeza me da vueltas. Y siento aún más a los que ya no tengo cerca, que me hirieron, pero que igual desearía que fueran el hombro en qué apoyarme en este momento.
Claro, que no puedo quejarme de quienes ya nos han ofrecido una mano pase lo que pase, sólo que desearía que esto no estuviera pasando del todo. Porque ella no se lo merece.
Y así sobrevivo, y así evoluciono y me transformo en quién comienzo a ser: una mujer más fuerte, mas serena y centrada, supongo. Aunque a veces no quisiera tener que levantarme de la cama.
Supongo que este año en particular ha de quedar como "El año de mi sobrevivencia".
Ya cuando una piensa que ha recibido todas las pruebas que puede aguantar (o al menos que desearía soportar), desde arriba te mandan más. Y no lo digo en son de que piensen que soy de las comparto ese pensamiento de que Dios es un dios medio malevolón, que maanda y manda cosas a ver hasta dónde aguanta uno, sólo por puritica diversión.
No. Yo soy de las que piensa que todo pasa por una razón, un motivo que a veces nos cuesta ver hasta mucho después, ya cuando se han derramado muchas lágrimas o nos hemos preguntado "por qué?" muchas veces. Y si, me he preguntado por qué muchas veces, y la única respuesta hasta el momento, ha sido "para crecer, para madurar. Para poder afrontar el resto de mi vida de otra manera. Para que aprenda a apreciar lo que tengo y a quienes tengo conmigo". Y no creo que no lo haga ya, pero tal vez aveces los seres humanos somos tan complicados y no vemos la belleza en la simplicidad.
No. No me estoy volviendo pandereta. Ni voy a empezar a ir a Misa de nuevo. Creo que la fe se vive de otras formas, y rezar un rosario todos los días, no implica que uno esté llevando una buena vida. Yo esoty segura de mi fé y de cómo la vivo, aunque eso no implica que a veces no me pregunte por qué a mi y a mis seres queridos.
Yo que hablo tanto del karma, espero que esto me de puntos en el futuro, jijiji.. porque qué feo pensar que esto es el karma de cosas que hicimos en el pasado. No recuerdo haberme portado tan mal. Al menos en esta vida.
Tengo tanto en la cabeza, y aveces no sé cómo afrontarlo. Ya perdí a quien pensé iba a acompañarme el resto de mi vida, y ahora me enfrento a la posibilidad de perder a la única persona que me queda, y que no estoy preparada para separarme de ella. Mi mami.
Nunca pensé tener que pasar por esto. Claro que viví otras enfermedades de personas cercanas, incluso las vi morir; pero nunca pensé tener que vivirlo nuevamente, tan cerca, tan devastante. Aún no es definitivo, pero es muy probable. Hay que esperar resultados. Pero al parecer si, hay un tumor muy grande en el estómago.
Me dan ganas de buscar culpables. Me siento impotente. Por qué no actuamos antes? Por qué el Seguro Social de mi país es incapaz de hacer medicina preventiva (y ahorrarse millones), sabiendo los antecedentes de mi mamá? Por qué es más fácil enviar pastillas (que a veces hasta agotadas están) que mandar exámenes profundos?
Claro, ya me acordé. Los exámenes profundos se los enviaron, pero los suspendieron porque la veintiúnica persona que los hace se enfermó, y no se lo han reprogramado. O como el examen que tiene para octubre del 2009, que probablemente igual, no se hubiera podido hacer, porque tal vez nos hubiéramos dado cuenta tarde de lo que pasaba. La gastroscopía que le envió la CCSS, está programada para fin de mes, aún cuando sus síntomas vienen desde hace tiempo atrás. Y si no hubiera sido porque la obligué a ir a una clínica privada ayer para que se la hiciera, esos días de espera podrían haber sido más devastadores.
Ahora es sólo esperar. Trato siempre de esperar lo peor, porque así no me hago ilusiones, pero si las cosas salen bien, realmente las disfruto más. Sin embargo, lo irónico es que no dejo de tener fé.
Las cosas pasan por una razón. Renuncié a mi trabajo porque ya no tenía vida, y coincide justo con el momento donde más debo estar presente en mi casa y ser fuerte. Mañana tengo que ir a dejar la biopsia para análisis. Y esperar.. una larga espera de una semana. La cabeza me da vueltas. Y siento aún más a los que ya no tengo cerca, que me hirieron, pero que igual desearía que fueran el hombro en qué apoyarme en este momento.
Claro, que no puedo quejarme de quienes ya nos han ofrecido una mano pase lo que pase, sólo que desearía que esto no estuviera pasando del todo. Porque ella no se lo merece.
Y así sobrevivo, y así evoluciono y me transformo en quién comienzo a ser: una mujer más fuerte, mas serena y centrada, supongo. Aunque a veces no quisiera tener que levantarme de la cama.
domingo, junio 01, 2008
Hay quienes dejan huella. O garra.
Fifí era una french poodle negra con la chiva blanca, que llegó como regalo hace unos 16 años. La mae ya estaba grandecilla, y la regalaban porque la dueña ya era mayor y no podía cuidarla. La dueña era amiga de mi abuela y se enteró de que la nieta quería un perro. Y así llegó Fifí. Mi madre la odió el primer día porque era French standard, o sea, un bicho gigante muy diferente a esos que uno veía en la tele que hasta metían dentro de un bolsito. A Fifí habría que haberla metido en un saco de papas. Obvio que ya venía con nombre incluído, duh! Fifí es el nombre más cliché que puede tener un French!
En fin, como mi madre a fin de cuentas es buena, decidió darle la bienvenida. Y fue así como Fifí terminó siendo la compañera de mi abuela, y luego de mi madre. La que iba a los paseos a la playa y que le perdonaban y alcahueteaban todo, desde cuando se posó con las patas tierrosas encima de los exámenes de Estudios Sociales que mami tenía que llevarle a los alumnos al día siguiente, hasta la vez que le robó el bistec a mi abuela, pasando por tooooodas las chucherías con las que se alimentó en todos los años, y que la llevaron a parecer más una ballena que una perra después de castrada. Pero también fue la misma que se metió debajo de la cama durante 15 días, sin comer, cuando mami y yo nos fuimos de viaje, y los vecinos no sabían qué hacer para que no la encontráramos muerta cuando volviéramos a casa.
Fifí partió al cielo de los perros hoy hace un mes. Un gastritis, la ceguera y al parecer un cáncer, la deterioraron y debió ponerse a dormir. Hace unos meses atrás, también se fue "Borona", con 18 años de ser la perra guardián con déficit atencional más cariñosa del mundo. Esa era pura zaguata, y nunca logró ser civilizada, por lo que era feliz en el patio. Ambas fueron un golpe fuerte.
Sin embargo, Fifí fue diferente. Borona nunca tuvo tanto "exposure", aunque yo personalmente la lloré más que a la Negra. Creo que tiene que ver con el hecho de que después de la Borona, he pasado sumergida en duelos de varios tipos (qué puto año más "heavy", este), y lo acepté con más calma. De por sí, ya venía mal desde hace semanas.
Pero mami no. Y le sigue pegando fuerte su ausencia. Y lo peor, lo que no le ayuda, es que Fifí tenía más amigos de lo que alguna vez nos dimos cuenta. La gente pregunta por ella, que dónde está, que por qué mami no la saca ya a pasear junto con Lurky. Incluso mis amigos, esos que me topo esporádicamente después de varios años de desaparecidos, preguntan qué ha sido de ella. Y todos, todos, tienen un expresión de tristeza y un gesto de aliento cuando saben de su perecer.
Esto podría ser bastente políticamente incorrecto (aunque de eso se trata, cierto?), pero es increíble cómo hay animales, que dejan una huella más profunda que muchos seres humanos. Cómo hay animales que la gente lamenta que se hayan ido, mientras hay hombres y mujeres que pareciera que nunca han exisitido del todo, aunque estén a la par de uno.
Claro que hay gente que de verdad se va antes de tiempo, y todos lo lamentamos, porque comenzaban a dejar huella, pero qué feo es ponerse a pensar, que, cuando nos toque el momento, nadie vaya a extrañarnos, nadie llore nuestra partida, ni lamente todo lo que dejamos inconcluso.
Yo quiero ser una Fifí (jejeje), un ser a quien recuerden con cariño cuando ya no esté, que le haga falta a las personas que me querían, y que mi huella sea tan profunda, que algunos cuantos lamenten mi partida. No es egoísmo, es un compromiso con ser mejor cada día, un compromiso por hacer la diferencia. Por ser recordada por quien fui y por el bien que hice, que quedar en el olvido por lo que nunca hice o dejé de mostrar. Tal vez ese compromiso con nosotros mismos, haría que las cosas en general, caminaran de otra manera.
También hay quienes nos marcan para siempre, y aunque ya no estén, siguen apareciendose como fantasmas, aún cuando no lo queramos. Pero esa es otra historia.
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