Negación.
Etapa uno de un tormentoso camino que me espera. Al menos hoy fue mejor que ayer, y que antier, y que hace una semana.
Esa cualidad tan humana de auto flagelarse, de infligirse dolor. De seguir rasgando las paredes donde lo que queda es cemento. Obra gris.
De que a pesar de estar acostumbrada a ver el vaso medio vacío, me inclino esta vez a pensar que tiene unas gotas más allá de la mitad. Es cuestión de fe. De Perseverancia. De Fuerza.
Pero me mata por dentro. Me ha estado carcomiendo desde hace semanas. Pero no tengo el valor para afrontarlo, porque sé que ese paso, pueda que sea el último. Y como animalillo conformista, prefiero tener unas boronas a no tener nada.
Y parece ser tan sencillo para otros! Retomar la normalidad, cerrar el grueso libro que todavía tenía miles de páginas en blanco.
Yo quiero seguirlo escribiendo.