martes, octubre 02, 2012

El palito de escoba: La CCSS

¡Hola! Después de mucho tiempo de abandono, reiniciamos con esta sección que se llama El Palito de Escoba. Es como un Quéjese pero con más odio y frustración, y con gotitas de sabiduría para que acompañen el berrinche la reflexión.

La historia de hoy nos lleva directamente a esa Institución tan nuestra, querida y últimamente bastante ultrajada: La Caja.

 Como nueva desempleada y sin querer montármele a mi esposo y convertirme en asegurada indirecta, decidí ir a asegurarme voluntariamente.

Después de desocuparme de mis obligaciones, fui en la tarde a Oficinas Centrales. Ya al día anterior había ido por los requisitos y hacía fila en ventanilla 1 a eso de las 3:30 de la tarde. Obviamente había olvidado sacar las copias así que salí un ratito, caminé unas 2 cuadras para hacer las diligencias y me devolví. La fila había avanzado como en una persona y el compa que se iba "despidiendo" del veintiúnico funcionario lo hacía con un sentido: "Imbécil".

 Volvimos a ver al compa y y dije para mi misma: "por eso lo pueden llevar preso", a lo que el señor de adelante en la fila se volvió y respondió: "si, ¡qué barbaridad! El otro no tiene la culpa de que las cosas sean así, él no pone las reglas". Continuó la fila, una señora llegó a quejarse porque no le resolvían y tenía 2 horas esperando y tenía 5 meses repitiendo el mismo ritual; el muchacho la apaciguó y la mandó a sentar con un "ya casi" y ahí no más estaba yo próxima para ser atendida.

 Al son de "siguiente", pegué un saltillo hacia la ventanilla y como orgullosa girl scout que acaba de rescatar un gato de un árbol, dije: "Buenas, vengo a asegurarme voluntariamente". En vez de ofrecerme un trofeo, el muchacho de ventanilla me dijo que sólo me iba a revisar los papeles, "porque como verá ya hoy no la podemos atender, hay mucha gente." Se me cayó la sonrisa de cumploconmideberysoypatriota y poco a poco se me fue asomando la crestica... De pronto el "imbécil" que había propinado el anterior cliente tenía una razón.

Damn you, Oficinas Centrales. 

 La cosa es que la atención es con fichas, porque cuando te asegurás como trabajador independiente o de forma voluntaria un funcionario te revisa los requisitos y otro te hace un entrevista. Ventanilla 1 es revisión y luego viene la fichita para que te entrevisten pasando una puerta de vidrio. Pero ya no daban fichitas para hoy "es que hay muhca fila y ya son las 4". En efecto, habían unas 10 personas sentadas en la parte de la fichita, pero incluída estaba la señora de las 2 horas perdidas y uno que otro familiar de gente que estaba adentro. Por su parte, hacia adentro se podía ver sólo un escritorio con una mujer que llevaba horas de estar ahí sentada con un niño, y unos cuantos funcionarios "de arriba para abajo", no muy atestados de papeles si no muy "de aquí para allá" o entrando a donde decía comedor. La ventanilla a la par de ventanilla 1 no tiene número, pero estuvo siempre cerrada y un par de personas hacían cosas. El take-a-tab nunca dejó de señalar el número 12.

Entonces con otro tono ya no tan "soy feliz" le pregunté al joven que cómo hacía la gente que sólo podía en la tarde, que yo sólo podía en la tarde, que era discriminatorio; a lo que me contestó que es que es así, que las fichitas se reparten temprano y que lo que podía hacer es mandar a un familiar tempranito como a las 10 para calcular que la fichita fuera atendida en la tarde, pero que por qué no podía venir temprano si no estaba trabajando.

 Entre contestarle un: "¿a Ud. qué putas le importa?" o "practico brujería a la hora de Viviana en tu Cocina", me limité a decirle que ahora estaba estudiando, y que era una buena idea que existiera un horario vespertino. Le dije que dónde estaba la Contraloría de Servicios, a lo que el pobre ya peló los ojos y dijo que en Información pero que no lo acusara a él porque eran políticas de la administración y él sólo hacía su trabajo.

 -"No, muchacho, sé que es su trabajo (también sé que le deben mentar la madre unas 20 veces al día) y que no es su culpa, pero sepa que no me parece y me voy a quejar. Más bien Ud. me está dando una información y se lo agradezco".

 Después de eso revisó mis papelitos y todo está en orden, ahora sólo debo venir una mañana y merodear Chepe al menos 2 horas mientras llega mi fichita. Averigüé que abren a las 7, así que sin desayuno me voy a ir a clavar a la entrada.

 Me senté junto a la Penélope de Ventanilla 1, una señora de unos 60 y pico, con todas sus bolsas a la par y en la eterna espera de que alguien la desbloqueara del sistema para poder pagar su seguro, cosa que ha venido pasando desde hace 5 meses. Justo ahí la llamó mi amigo funcionario con una respuesta afirmativa, aunque no le aseguró nada para el próximo mes.

 Fui entonces a Información a pedir papelito de Sugerencias, pero ¡Oh, sorpresa! Ya estaba cerrado. Le pregunté al guarda que revisa a la salida que dónde podía poner una queja, a lo que, con esa típica actitud de no mirar a los ojos porque el mundo le vale un pito, me dijo que sólo ahí se podía.

 -"Pero diay, ya cerraron ¿no hay ningún otro modo? ¿Otra vía? ¿Alguien que me pueda dar el papelito, un correo"
 -(con porte de "I´m da boz") Diay, levántese temprano y se quej... "¡¿Cómo vas, fulanito?".

  YOU BET YOUR ASS I WILL.

 Así que el palito de escoba de hoy va para todos los empleados burócratas que creen que tienen la vida asegurada y que el mundo les debe algo, por lo que les pesan las nalgas para moverse o no tienen la decencia de tratar a sus semejantes como... SEMEJANTES... duh!

También el palo va para la parte administrativa con procedimientos de los años 40 y sin una visión de modernidad o de integración de las tecnologías. Pero sobre todo, palo y escobón entero para todos los "próceres" de la Patria que de alguna u otra manera se han venido CAGANDO en la CCSS, ya sea por negligencia o por intereses. Ojalá mueran lenta y dolorosamente de la infección que les provoque el palito y ninguna de sus clínicas o tratamientos privados tenga la cura.  GRACIAS!!!!!


GOTITAS DE SABIDURÍA PARA HOY


  •  En los años 70, Calderón Fournier fue electo miembro de la junta directiva de la CCSS, donde fue uno de los gestores de la Ley de pensiones IVM, cuyos "huecos legales" permiten la fuga de dineros por parte de contribuyentes. 
  •  31 años después, debido a la falta de liquidez sobre todo por cuotas no pagas, se aprueba de manera unánime y en sólo 3 días un préstamo para compra de equipo para la Caja. El préstamo es de cerca de $32 millones de dólares, y "patrocinado" por Finlandia. La única empresa que cumple con los requisitos de equipo es una empresa finlandesa representada en Costa Rica por Fischel. Se adjudica el cartel. Comienzan las quejas de otros oferentes y entre otras cosas se descubre que Fischel ha estado depositando dinerillos a una cuenta en Panamá, relacionada con Calderón Fournier, -unos tantos $700 mil- para asegurar que la empresa ganara la licitación. 
  •  En 2003, la CCSS argumentó que los 2.762 equipos comprados al consorcio Instrumentarium no eran suficientes para satisfacer sus necesidades y entonces amplió el contrato con la firma finlandesa por un monto de $7,5 millones más, con cargo al presupuesto de la institución. http://wvw.nacion.com/ln_ee/ESPECIALES/ccss-fischel/n0505.html
Comparta Ud. la suya...

viernes, septiembre 24, 2010

8760 horas...


Hace 365 días el cielo estaba igual de gris. Increíblemente un sueño meses atrás, me había dado una fecha. No sabía el mes, pero sabía que ese día, el 24, ocurriría algo que cambiaría completamente mi vida.

Las señales ya eran claras, y dos días antes lo supe: esa fecha, un jueves 24, partirías de esta Tierra.
Era algo que ya estaba anunciado ,algo que de cierta forma, en algún momento incluso ambas imploramos que sucediera, porque la carga y el dolor se nos salió de las manos. Pero por otro lado, era algo que ninguna de las dos en un millón de años hubiera deseado.

Hace un año me despedía de vos, te veía dar el último suspiro y te cerraba los ojos. Mamita, es lo más duro que he hecho en mi vida.

Me sigue pareciendo injusto la forma en que tuvo que terminar. No puedo entender que hasta ahí llegara “tu misíón” si vos y yo teníamos tanto que compartir. ¿Te acordás cómo te decía que tenías que vivir 100 años? Nunca me lo prometiste, pero tampoco me dijiste que iba a ser tan pronto que te fueras. Sé que tampoco lo querías, y me lo reafirmaste mil veces durante tu enfermedad.

Extraño cada centímetro de tu ser, extraño tus ojos, extraño ese olor que desde niña me encantaba y con el que me dormía mientras tomaba chupón, extraño tu lunar junto a la boca, mi Cielito Lindo; extraño tu sentido del humor y las mil tonteras que nos decíamos, extraño a mi mejor amiga...

Mamita. Ha sido un año lleno de cosas. De reacomodos, de rediseños, de cierres y de comienzos. Hay días que pasan con calma, otros me mueven el piso. Hay días que quisiera salir corriendo a contarte lo que me pasa, otras llamarte sólo para decirte que te amo. Porque no hay un sólo día que no piense en vos, porque vos estás en todos lados: en la vista de las líneas del tren en Plaza Víquez donde me recogías, en tus orquídeas que medio han sobrevivido a mis cuidados y me regalan agradecidas flores como a las que vos te gustaban, en el olor a sopa “de escuelita” que me llega de alguna casa... pero me falta tocarte, sentirte, abrazarte, agarrarte como un gran oso y cubrirte por completo. Me falta repetirte hasta el casancio el amor que te tengo y tirarme a tu lado en la cama para que me hagás cariño, o con más seguridad, para yo estar encima tuyo.

Admiro profundamente a la mujer que partió. Una mujer luchadora, una mujer que dio su mejor pelea y que no dejó que los pronósticos ni los comentarios bajaran su espíritu. Agradezco que todo ese proceso que vivimos no fuera para sanar heridas, sino para afianzar y confirmar el profundo amor y respeto que nos teníamos y que yo te tendré siempre. Hubiera querido otro desenlace, porque te lo merecías.

Hace 365 días tuve que madurar, abrir los ojos a un nuevo mundo, a uno sin vos. También agradezco que tuviéramos gente buena a nuestro lado. Desde la enfermera que nos atendió una vez perdida hasta los cientos de amigos, conocidos e incluso “olvidados” que me mostraron simpatía o que mostraron de alguna manera que les importábamos.



Creo que estoy bien. Creo que vos lo sabés porque sé que desde donde estás nos estás cuidando. Sé incluso que de vez en cuando te las arreglás para hacerte presente de alguna manera. No lo dejés de hacer, que lo necesito. Hoy quiero comenzar un nuevo duelo, no te olvido, jamás -si cada día te vivo más- pero trataré de recordarte sólo con alegría, sin nostalgia ni melancolía. Me diste fuerza para (sobre)vivir y adaptarme; y me das fuerza para afrontarme a lo que venga. Después de todo, soy tu hija.

Te amo, mamita.

viernes, junio 04, 2010

Recaída.

Hoy me di cuenta (otra vez) de que no lo he superado. Que probablemente nunca lo haga. Si bien es cierto que todos lo días tengo algún recuerdo de lo que fue en vida, lo cierto es que no creo que ese recuerdo mitigue el dolor que aún siento por su ausencia.

Hoy vi una foto, su carita hermosa pero a la vez con tristeza. Probablemente sabía que era uno de los últimos paseos que íbamos a hacer, y a la vez trató de que fuera uno de los más alegres de su vida. Y no dudo que lo fuera. Pero a veces eso no es suficiente. Yo cambiaría lo que fuera porque esa felicidad no hubiera sido de un momento, de unos días. Yo cambiaría lo que fuera para que no hubiera existido el motivo para dejar esos recuerdos felices, porque los recuerdos son lo que queda cuando inevitablemente algo tiene que terminar. Yo no quería que terminara y mucho menos, ella.

Hoy colapsé. Como hace tiempo no lo hacía. Con ese llanto que sale desde un hueco que duele en el pecho, en el alma, en el corazón. Que está ahí pero que el trajín de la vida cotidiana oculta, y que en los momentos menos esperados sale, reclama su espacio. Y recuerdo que esto está apenas empezando, que es relativamente poco el tiempo que he vivido con su ausencia, y que un gran amor no se olvida de la noche a la mañana. Es más, nunca se olvida.

lunes, enero 25, 2010

El Silencio de los Inocentes

El Efecto Bystander (Espectador) o Síndrome Genovese es un fenómeno psicosocial en el que la gente es incapaz de socorrer a un prójimo en necesidad cuando hay otras personas presentes. Entre más gente haya cerca, menos son las probabilidades de que la pobre víctima reciba pronta atención, incluso al punto de morir esperando que alguien actúe.

Según los psicólogos, las razones más comunes para este comportamiento van desde miedo puro hacia lo que está pasando, hasta -y más comúnmente- miedo a quedar mal frente al resto de la gente o "confianza" en que alguien más (tal vez alguien "mejor") vendrá a socorrer a quien lo necesita.



Este fenómeno psicológico tiene algún parecido con una teoría mediática, la Espiral del Silencio. Esta reza que entre más se difunda una opinión y se convierta en dominante, más se silencian las opiniones o líneas de pensamiento alternativo.

Es decir, que aunque me guste el helado de fresa, probablemente frente a la mayoría que ama el chocolate, voy a decir que la fresa hasta alergia me da, con tal de que mi manera de pensar no me aisle del grupo social en el que me desenvuelvo, o me quedaré callada esperando inútilmente a que Tía Florita valide mi forma de pensar, para entonces yo saltar y decir "Sí, es verdad. Las fresas son ricas" . Y entonces, puede ser que, un día, hasta desaparezcan todas las fresas, porque nadie nunca fue capaz de defenderlas en un simple helado.

Y así pasa también en la cultura, la economía y la política, en grandes orbes y pueblitos: la opinión dominante -que no siempre es la correcta- emerge grande y fuerte de entre otras, segura de que nadie va a echarla abajo porque eso podría significar para algunos un suicidio en diferentes ámbitos; aunque a corto, mediano o largo plazo, implique un homicidio colectivo de proporciones épicas, que probablemente se podría haber prevenido, pero en el que nadie alzó la voz para detener la masacre.

Una vez, alguien me contó cómo su sobrina que estaba en el kínder, tenía problemas con la maestra y su compañeritos, porque cuando los ponían a dibujar, ella pintaba las montañas de azul. La maestra, iracuanda, la regañaba frente a todos, agarraba la crayola verde y le pasaba por encima al tono que la niña había escogido, ante la risa burlista de sus compañeritos, que no entendían por qué aquella otra pintaba diferente a ellos, a pesar de que si se asomaban por la ventana, las montañas de verdad no eran tampoco completamente verdes.

A pocos días de las elecciones presidenciales -quizás de las más decisivas en mucho tiempo- de un país que se ha caracterizado por ser más siervo menguado que libre, no puedo dejar de asociar las teorías mediáticas y psicosociales con los fenómenos políticos que se vienen gestando en Costa Rica desde hace ya algún tiempo.

"Un pueblo tiene el Gobierno que merece", dicen algunos ¿Se lo merecerá por ser gallina? Apartando a quienes votan ciegamente por un color -incluida mi santa madre, que probablemente me jale las patas por andarla criticando a estas alturas-, me parece que existe un grupo -un grupo importante- que parece no estar contento con el rumbo del país, pero que sin embargo, cuando tiene la oportunidad, prefiere asumir la posición de una mayoría o de un grupo de poder consolidado, aunque a fin de cuentas el voto es secreto.

De todo corazón, aunque desgastada y ahuevada le digo: no se convierta en estadística, en ejemplo de una teoría, en chiquito de kinder "del montón", que es moldeado a gusto de otros. Sálgase de la "zona de confort", critique, cuestione, instruya (se). Que no le de miedo que su opinión sea escuchada -que quién quita un quite y sea también la opinión de otros, o la opinión que necesitaba alguien escuchar para tomar decisiones-, pero sobre todo, que su opinión esté fundamentada. Lea, conozca. No se conforme con el Lado A de la historia. Indague, pregunte. Incluso, escuche otras formas de pensar aunque le parezcan disparatadas. Que su voz no se silencie, que se haga escuchar en las urnas.

Mi única advertencia -si es que me jura que ya hizo la tarea- es que si está conforme con cómo se mueven las cosas actualmente, hay algo en esa búsqueda de información que no está haciendo bien. O quizá esté disconforme, pero como al resto parece no importarle, ud también se encuentra "quedito". Nuevamente, no se convierta en Teoría. Reaccione, luche. Todo se resume en informarse y actuar con criterio. Pero como dicen por ahí "Si no estás enojado, no estás poniendo atención".

Es hora de canalizar ese enojo, de convertirlo en una fuerza que transforme, que busque una nueva perspectiva que beneficie a muchos más. País tenemos sólo uno. ¿Lo seguirá verse desangrar o correrá a su auxilio, sin importar lo que diga la gente a su alrededor?

Pido disculpas por el sancocho de ideas. Mucho qué decir, poco espacio y mucho enojo :).

Publicado originalmente en 89decibeles

lunes, enero 04, 2010

Una velita más

Hoy cuando me hubiera levantado al baño en la madrugada, te hubiera dado un gran besote.
Una mañana tranquila y al trabajo.
En la tarde, algún regalito "blah" porque igual me hubieras dicho "ay mi amor, si no hacía falta".
En la noche, la muy esperada cena de celebración.
En cambio, ayer visité tu tumba.
El día soleado que veo por la ventana del trabajo, me hace pensar que igual estás acá y que debo celebrar tu memoria, lo que fuiste, lo que no se borra.
Feliz cumpleaños, mamita!

martes, noviembre 24, 2009

Carta sin final

Hoy hace 2 meses decidiste que era tiempo de partir. O tal vez no lo decidiste. Solamente lo aceptaste. Hace dos meses. Y el tiempo pasa volando. Y hay días que pasan como si nada. Otros no tanto.

Me doy licencias. Se que puedo quedarme dando vueltas en San José porque no hay nadie en casa que me espere en horas de la tarde. Bueno, mis hijas peludas. Pero vos sabés que no es lo mismo. A veces desearía haber estado más con vos, pero también se que te di calidad de tiempo, y que ir a trabajar era necesario. Era parte de lo que querías para mi: un trabajo estable.

A veces veo las últimas fotos y me parece increíble que te fueras tan pronto, porque te ves llena de vida en cada imagen. Me pregunto si estabas sufriendo por dentro y no me lo dijiste. Aquel día en Uvita te vi llorar en el bote. Vos no me viste. Por eso asumo que vos sospechabas más de lo externaste, de lo que yo supe; pero como siempre fuiste como fuiste, preferiste guardar silencio.

Esa ha sido una queja recurrente: que no dijeras nada. Que mucha gente nunca supo que estuviste enferma. Pero precisamente sé por qué lo hiciste. Mi excusa es siempre la misma: siempre fuiste tan fuerte e independiente que jamás hubieras querido que te vieran como alguien dèbil o necesitada.

He recibido apoyo de mucha gente. He conocido a muchos que te conocieron. Nadie se pone de acuerdo a si nos parecemos o no. Pero yo sé que soy quien soy por vos.

Irónicamente hoy llamaron diciéndome que tu dinero del Seguro estaba listo. Me dio un no se qué cuando fui a recoger el cheque. Fue tristeza. Tengo plata pero no te tengo a vos para disfrutarla. ¿Y si devuelvo la plata, será que te voy a encontrar cuando abra la puerta de la casa? Madre. Te extraño. Cada día que pasa.

Óscar ha sido más que una muleta. La historia serìa otra si no estuviera conmigo. Y yo sé que eso te ayudó a irte más tranquila. Ahora ellos me secan las lágrimas. Óscar con su apoyo, su presencia y su palabra. Las hijas peludas literalmente secándome las lágrimas a lengüetazos incontrolables, cada vez que me oyen llorar.

En fin, mami. Que vamos para adelante. Sólo que no puedo evitar extrañarte. Y en realidad no quiero. Porque me recuerda día a día el privilegio que fue tenerte como madre.

Mi melita linda.

martes, octubre 27, 2009

(Re) Adaptación

Lo más difícil del proceso es adaptarse a las nuevas rutinas. Saber que nada de lo que hacías con esa persona lo vas a volver a vivir. Es como cuando uno termina con el novio y se aburre en la casa porque muchas de las actividades cotidianas las hacías con él; las conversaciones sólo las hacías con él, y era la primera y única persona en la que pensabas para comentar un incidente.

Así estoy yo. La morfina mental que tenía se ha disminuido. Esos pequeños episodios donde volvía a la realidad de su ausencia se han vuelto más constantes. Ya no es el impulso de querer llamarla a medio día para ver cómo está, o de sentir como si se hubiera ido de vacaciones. No. Ya ahora es caer en cuenta de que nunca más que llame a mi casa voy a escuchar su voz, y que sus vacaciones son permanentes, so pena de que nunca podré abrazarla para darle la bienvenida. De cierta forma es como retorceder en el proceso de duelo. Es aumentar el llanto. Es el no poder entender el por qué ella, por qué de esa manera y por qué tan pronto. Es retomar el camino y aprender a vivir de maneras distintas.

Este reajuste, readaptación, es por si sola una aventura. Hacer tareas y preocuparse por cosas que nunca te hubieran pasado por la cabeza. Tomar decisiones. Idear planes. Todo sin embargo, sin poder apartar de mi mente a ese ser que ya no está, a pensar en cómo lo hubiera resuelto ella. A precisamente extrañarla más porque ella hibiera tenido la solución mientras yo sigo dándole vueltas.

Es la vida, dirán. Pero es dura. A pesar de eso, no podría decir que daría la vida por mi mamá, porque sin miedo a equivocarme, estoy segura de que mami no hubiera querido vivir su vida sin su única hija a la par.

La readaptación también abre nuevas formas de ver el mundo. Ese darle vueltas a una idea que hace unos años no te hubieras creído capaz de tener.

Afortunadamente no estoy sola. Me he dado cuenta de eso en este proceso. Reafirmé el cariño de la gente. La buena voluntad de muchos. Me hace creer que aún hay esperanza en este mundo. (Por cierto. Gracias de nuevo a todos). Me hace creer que puedo depositar esa confianza en un ser humano. Ahorita, más específicamente, en el que se ha vuelto mi compañero y me ha pedido que me quede con él el resto de nuestras vidas. Mami estaría sorprendida de mi respuesta. Pero sobre todo, estaría contenta.